Ya no me acordaba. La intención principal de este blog era sacudir lo sacudible y también lo insacudible. Y la verdad es que con el tiempo se había relajado la cosa, nos hemos dedicado más a tertuliar (excelente término) que a lo que habíamos venido. Sin embargo, entre comentarios ventajistas (por cierto, Tous ha sacado unos bolsos nuevos moníiiiisimos) y la vuelta a las innumerables fuentes de odio asesino que hay por la vida ya tengo otra vez ganas de matar idiotas. Pero son muchos, y me canso (Mamá Ladilla dixit).
Un lugar donde hay algún que otro imbécil de los que me gusta es la Norteamérica profunda deep america en "inglis". No, no les voy a dar la brasa con las elecciones, que por cierto ha ganado Obama y eso significa que lo mismo ya nos dejan ir a las cumbres internacionales importantes... o eso se cree el señor Zapatero, quintaesencia de la no-inteligencia política, el populismo nada ilustrado y ese ya clásico antiamericanismo (producto de la envidida pura a mi entender) tan europeo que nos hace sentir cómodos en nuestra segundonería.
Antes de nada, decir que esta vez hablo tan sólo en mi nombre, ya que mi congénere es pro-americanista (conste en acta de que donde pongo "americanista" quiero decir "estadosunidosdeamericanista", que después se me queja alguna), que es la versión polémica del asunto (imagino). Y que conste que yo tampoco soy anti nada, que generalizar es equivocarse siempre excepto el caso obvio de las mujeres, que están todas chalás . En todo caso este asunto me parece demasiado grave (y no me refiero a esta misoginia mía tan gratuita, que es trivialmente objetiva y razonable) y debo comentarlo.
El caso es que el viernes vi en el telediario de Antena 3 una escuela, o un taller, o un lugar en Tennessee donde se dedicaban a enseñar a los niños a usar armas, y mostraban las imágenes de muchachillos de no más de ocho o nueve años con una escopeta de doble cañón más alta que él, disparando a dianas arengados por sus predecesores. Este hecho se puede enfocar desde muchas ópticas sin poner el grito en el cielo, pero dándole vueltas a lo mismo vi ayer domingo en el telediario también de A3 la noticia de un chaval de 22 años que la emprendió a tiros con un niño que iba por el vecindario por Halloween. ¿Casualidad? Y yo que sé, pero no recuerdo ninguna noticia similar en nuestro suelo patrio, y mira que por aquí somos brutos.
La clave, en mi opinión, está en la mentalidad general del personal al otro lado del charco. Dejando de lado la veracidad u objetividad de sucesos más o menos aislados y el hecho de que conseguir armas en EEUU es muy sencillo (cosa que me parece no tan definitiva porque en Canadá es más fácil aún y no ocurre casi ningún incidente como ese), lo que está claro es que tanto los papis que llevan a sus hijos a ensayar con la escopeta como el homicida de la noche de Halloween actúan movidos por el miedo.
Y el miedo es lo que causa que gente como Reagan, Bush o Schwarzenegger sean o hayan sido líderes en algún sentido. Y no hablamos de la señora Rice: una mujer... ¿y encima negra? ¿Dónde vamos a parar? (2talegas hablaremos próximamente sobre racismo para hacer ver una postura inteligente sobre el tema sin caer en blandenguerías. De mujeres nos siguen faltando huevos y conocimiento para hablar. Simplemente nos tragamos lo que nos cae), solo faltaría que fuera lesbiana, o mora. Pues sí que...
La cuestión evidente que se me plantea es ¿por qué el miedo? Da la sensación de que el ciudadano norteamericano medio es una persona que se ha criado con muchos complejos y tiende al conservadurismo a ultranza. Leí un comentario sobre Sarah Palin, la número 2 de McCain, que me dibujaba esencialmente a una populista que usa estos complejos para hacer involucionar a su pueblo, el cual prefiere confiar en alguien menos preparado mientras le haga sentirse seguro, signifique eso lo que signifique.
Lo que no podemos evitar hoy en día es que esa gente y sus prejuicios tienen gran relevancia mundial y que, queramos o no, bebemos (y quien no esté de acuerdo que me diga quién celebraba Halloween hace cinco añitos) de la in-cultura (entiéndaseme correctamente) que se genera con esta actitud y la inconsciencia que conlleva. En la noticia de los niños pistoleros salía el típico padre defendiendo esa actividad como el deporte de caza y que la gimnasia deportiva que practicaban algunas niñas de la zona era un juego de mucho más riesgo que su prole pegando tiros. Depende para quién, ¿no? No me gustaría cruzarme con el (eventualmente) zumbado de su hijo después de perder un partido de baseball .
Un personaje con muchísimo carisma de mi infancia resume muy bien mi opinión sobre todo esto:
"Están locos estos americanos"
Por Tutatis.
viernes, 31 de octubre de 2008
viernes, 17 de octubre de 2008
AMIGOS
Qué bonita palabra, qué significado tan grande...vaya gran mentira. Y no lo digo porque soy de los que piensen que aquí cada uno va a su puta bola y cuando alguien te deja de interesar lo tiras y punto (y que conste que creo al 100% en esa teoría, pero como buen especulador que soy no puedo aceptar algo tan absoluto), por suerte disfruto y he disfrutado de amistades que puedo considerar de verdad. Lo que me da coraje es la alegría con la que maltratamos algunos conceptos. Me acuerdo perfectamente, por ejemplo, de la primera vez que tuve huevos de declararme a la niña que me gustaba. Después de meses de autoconvencimiento, semanas de darle la brasa a una amiga suya y horas de ensayo para no rajarme a última hora, va la tía y me suelta un clásico de la vagancia femenina:
"- No, si no es que no me gustes. Es que somos amigos"
Ah, claro. No quería estropear el mágico momento de cada día cuando le pedía la goma con tal de hablar y ella me la tiraba con un bufido, que romanticona!! Casualmente después fui amigo de la muchacha (conocido con el que hablas en los bares, seamos serios), pero sólo fue fruto de mi gracejo personal conjugado con mi carisma desbordante, que vienen al caso sólo colateralmente. Además la pobre chica se vio en un compromiso y mira, no quería hacer daño.
Hablando de daño, ahí tenemos a las ex-parejas que fingen que se toleran: años después de ser novios, siguen viéndose con la excusa de que son amigos, cuando lo único que pasa es que no tienen valor de tirar cada uno por su camino (y que echar un polvo con una ex requiere menos esfuerzo, cachondos). Estoy cansado de ver, vivir y verme envuelto en esperpentos así, hagan recuento entre sus conocidos.
Después están los que entienden amigo==el que me aguanta. Espero que no se topen nunca con uno de esos: te cuentan sus problemas sin compasión y después ni se paran a escuchar tu opinión acerca de los mismos, y mucho menos van a atender a cualquier preocupación tuya que le cuentes. Cualquiera que me conozca sabe perfectamente cuánto de autobiográfico es esto.
Pero al menos (en mi experiencia particular) esta gente se da cuenta de lo descompensado de la situación. Cosa que no hacen otros, los que nos rodean a todos, llevan la vitola de amigo y en general muy pocas veces (o ninguna) han ejercido de tales (signifique eso lo que signifique, mi primera intención era hacer análisis del concepto amistad pero me parece demasiado ambicioso. Por mucho que divaguemos, opino que la concepción de amistad es esencialmente personal e intransferible: cada uno decide lo que pide a un "amigo", y lo que debe dar). Gente que utiliza el noble concepto de relación entre iguales para sacudir. ¿Quién no ha estado en una fiesta, reunión de familia o similar y ha escuchado con toda la estoicidad que sus nervios le han permitido el típico
-"Anda que me has llamado alguna vez en todo este tiempo" ?
Hasta los huevos. Así es como se siente un servidor tras escuchar la misma castaña siempre. Por supuesto, el individuo que ha proferido este guantazo verbal ni ha llamado ni ha escrito ni na de ná, simplemente se ha erigido como defensor de nuestra amistad de forma desvergonzada y alevosa y echa en cara una actitud tan propia como ajena.
¿Por qué la gente actúa así? 2talegas tenemos una teoría bastante consolidada al respecto: hay personas demasiado vagas, o pusilánimes, o las dos cosas que nunca se han molestado en interesarse por nadie, por tanto no tienen ni idea de qué puede ofrecerle (y no hablemos de pedirle) un amigo y confunden a la persona que, por cualquier razón, coexiste y se toma unas cervezas junto a ellos con una amistad de verdad. La gente pasa de un lugar a otro, la vida exige cambiar de ambiente, de aires, de coetáneos y el que iba de bar en bar con esta gente ahora no está. Ha podido haber mucho tiempo para entablar lazos serios y cariño (vale, no sé si esta es la palabra más adecuada aunque da más sentimiento, soy un oso amoroso), pero lo único que queda en común es un comentario de lunes por la mañana: "joder vaya papa que te cogiste el sábado". Eso está bien (depende de la papa y la resaca consiguiente, claro esta), pero no tiene nada que ver con amistad. Opinamos.
Así que os sugiero que si encontráis alguien que puede ser un buen amigo lo "trabajéis", no vale apuntarlo en una lista y dejarlo ahí echando telarañas, hasta el propio diccionario. de la academia nos da la razón. Es demasiado fácil pensar "otro día lo llamo" y no llamar nunca, todos lo hacemos (algunos más que otros, por supuesto). Pero después habrá que tragarse primero unos reproches, después algún que otro raje por la espalda y al final la ignorancia absoluta. Y con eso sólo perdemos nosotros mismos.
Por cierto, ya hemos editado una versión remozada de la entrada anterior, disculpen las incorrecciones, los llantos y todo lo demás que ha venido. Si detectan alguna falta, por favor que no sea necesario hacer llorar al niño ni al de las pajas ni al indomable. Somos adictos al trabajo y hemos estado muy liados (juas juas juas), pero volvemos a la brecha y nos encanta vernos superados en brutalidad. Un abrazo
Como conclusión sólo quería añadir una cosa: largo, cebollero, paga las copas. Cabrón
"- No, si no es que no me gustes. Es que somos amigos"
Ah, claro. No quería estropear el mágico momento de cada día cuando le pedía la goma con tal de hablar y ella me la tiraba con un bufido, que romanticona!! Casualmente después fui amigo de la muchacha (conocido con el que hablas en los bares, seamos serios), pero sólo fue fruto de mi gracejo personal conjugado con mi carisma desbordante, que vienen al caso sólo colateralmente. Además la pobre chica se vio en un compromiso y mira, no quería hacer daño.
Hablando de daño, ahí tenemos a las ex-parejas que fingen que se toleran: años después de ser novios, siguen viéndose con la excusa de que son amigos, cuando lo único que pasa es que no tienen valor de tirar cada uno por su camino (y que echar un polvo con una ex requiere menos esfuerzo, cachondos). Estoy cansado de ver, vivir y verme envuelto en esperpentos así, hagan recuento entre sus conocidos.
Después están los que entienden amigo==el que me aguanta. Espero que no se topen nunca con uno de esos: te cuentan sus problemas sin compasión y después ni se paran a escuchar tu opinión acerca de los mismos, y mucho menos van a atender a cualquier preocupación tuya que le cuentes. Cualquiera que me conozca sabe perfectamente cuánto de autobiográfico es esto.
Pero al menos (en mi experiencia particular) esta gente se da cuenta de lo descompensado de la situación. Cosa que no hacen otros, los que nos rodean a todos, llevan la vitola de amigo y en general muy pocas veces (o ninguna) han ejercido de tales (signifique eso lo que signifique, mi primera intención era hacer análisis del concepto amistad pero me parece demasiado ambicioso. Por mucho que divaguemos, opino que la concepción de amistad es esencialmente personal e intransferible: cada uno decide lo que pide a un "amigo", y lo que debe dar). Gente que utiliza el noble concepto de relación entre iguales para sacudir. ¿Quién no ha estado en una fiesta, reunión de familia o similar y ha escuchado con toda la estoicidad que sus nervios le han permitido el típico
-"Anda que me has llamado alguna vez en todo este tiempo" ?
Hasta los huevos. Así es como se siente un servidor tras escuchar la misma castaña siempre. Por supuesto, el individuo que ha proferido este guantazo verbal ni ha llamado ni ha escrito ni na de ná, simplemente se ha erigido como defensor de nuestra amistad de forma desvergonzada y alevosa y echa en cara una actitud tan propia como ajena.
¿Por qué la gente actúa así? 2talegas tenemos una teoría bastante consolidada al respecto: hay personas demasiado vagas, o pusilánimes, o las dos cosas que nunca se han molestado en interesarse por nadie, por tanto no tienen ni idea de qué puede ofrecerle (y no hablemos de pedirle) un amigo y confunden a la persona que, por cualquier razón, coexiste y se toma unas cervezas junto a ellos con una amistad de verdad. La gente pasa de un lugar a otro, la vida exige cambiar de ambiente, de aires, de coetáneos y el que iba de bar en bar con esta gente ahora no está. Ha podido haber mucho tiempo para entablar lazos serios y cariño (vale, no sé si esta es la palabra más adecuada aunque da más sentimiento, soy un oso amoroso), pero lo único que queda en común es un comentario de lunes por la mañana: "joder vaya papa que te cogiste el sábado". Eso está bien (depende de la papa y la resaca consiguiente, claro esta), pero no tiene nada que ver con amistad. Opinamos.
Así que os sugiero que si encontráis alguien que puede ser un buen amigo lo "trabajéis", no vale apuntarlo en una lista y dejarlo ahí echando telarañas, hasta el propio diccionario. de la academia nos da la razón. Es demasiado fácil pensar "otro día lo llamo" y no llamar nunca, todos lo hacemos (algunos más que otros, por supuesto). Pero después habrá que tragarse primero unos reproches, después algún que otro raje por la espalda y al final la ignorancia absoluta. Y con eso sólo perdemos nosotros mismos.
Por cierto, ya hemos editado una versión remozada de la entrada anterior, disculpen las incorrecciones, los llantos y todo lo demás que ha venido. Si detectan alguna falta, por favor que no sea necesario hacer llorar al niño ni al de las pajas ni al indomable. Somos adictos al trabajo y hemos estado muy liados (juas juas juas), pero volvemos a la brecha y nos encanta vernos superados en brutalidad. Un abrazo
Como conclusión sólo quería añadir una cosa: largo, cebollero, paga las copas. Cabrón
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